Irlanda fue apoyado por una masiva hola verde para alcanzar el último de los ocho lugares como ganadores del grupo.
AUCKLAND, 4 de octubre – Una apasionante victoria de Irlanda ante una confiada Australia produjo una sorpresa que mantiene a la Rugby World Cup 2011 encendida y ayudó a producir una división entre los hemisferios norte y sur en la fase de eliminación directa.
Ese fue el episodio más emotivo del Grupo C, jugado ante una multitud de casi 60.000 personas, en una noche tormentosa en el Eden Park el 17 de septiembre.
Hubo que esperar hasta el final del último partido de la fase de grupos, entre irlandeses e italianos, jugado el domingo a la noche, para confirmar que Irlanda y Australia, obtenían su pasaje a cuartos de final, pero los del Trébol supieron que ellos tenían mucho para dar y soñar, cuando derrotaron a los aussies en el enfrentamiento entre ambos.
El capitán Brian O'Driscoll reconoció que el tipo de resistencia que desplegó su equipo contra los Wallabies pudo resultar decisivo para progresar en el torneo. "Supimos no entregarnos en momentos claves y nos ganamos el lugar donde estamos jugando ante Gales, luchando por llegamos a semifinales", dijo tras la victoria del domingo sobre Italia que los encontró en la cima del grupo. "Eso es todo lo que nosotros podríamos haber esperado”.
A pesar de las disímiles campañas en el torneo, Australia e Irlanda obtuvieron lo que buscaron desde el comienzo, pasar de ronda en la RWC 2011.
Potencial en la línea
Frescos por su triunfo en el Tres Naciones, los Wallabies fueron los primeros en abordar la lucha y muchos se sorprendieron al verlos empatados 6-6 en el entretiempo del partido contra Italia, tras descuidos en el manejo de su potente línea de tres cuartos.
Pero el ingreso de James O'Connor desde el banco de suplentes y el cansancio de piernas de los Azzurris, le permitió a los irlandeses conseguir cuatro tries para quedarse con el punto bonus en la victoria por 32-6.
Los del Trébol que venían de perder cuatro partidos consecutivos preparatorios para la Copa Mundial de Rugby, también lucharon por hacer funcionar correctamente el engranaje en su primer partido contra EE.UU., antes de que el wing Tommy Bowe marcara dos tries y Rory Best apoyara otro en el triunfo por 22-10.
Entre semana, Rusia fue derrotado por EE.UU. en su debut en la Rugby World Cup, cayendo 13-6 en el encuentro con menor cantidad de puntos en un partido de RWC, desde la victoria de Australia ante Inglaterra por 12-6 en la final de 1991.
Luego llegó el enfrentamiento en el Eden Park. Los corredores de apuestas estaban ofreciendo 7-1 contra los irlandeses, pero ellos mostraron su valía desde el principio. A pesar de que cuentan con una de las líneas más diestras en el torneo, los Wallabies lucharon para mantener sus expectativas ante los irlandeses que los derrotaron con cuatro penales y un drop bajo la lluvia.
Rugby ingenuo
Irlanda se mantuvo firme en la defensa y defendió su ingoal para cerrar una convincente victoria por 15-6. "Fue el desempeño que sabíamos que deberíamos tener", aseguró O'Driscoll. Por su parte, el capitán de los Wallabies James Horwill reconoció: "Jugamos un poco de rugby ingenuo. No fuimos lo suficientemente buenos".
La caída, que efectivamente consignó a Australia a un partido de cuartos de final ante Sudáfrica, también reforzó su maldición en el Eden Park ya que nunca ganaron un test match en esa estadio en 25 años.
Italia, en tanto, mostró que tuvo tres cuartos útiles así como su gran juego de forwards cuando consiguió sus primeros puntos en la RWC 2011, derrotando a Rusia 53-17.
Amenazantes lesiones
Una victoria por 27-10 sobre EE.UU. en su partido siguiente, les permitió a los italianos obtener el punto bonus necesario para forzar un mano a mano con Irlanda, que llegaba a esa instancia tras conseguir nueve tries ante Rusia, al que derrotó 62-12.
Australia regresó al camino del triunfo con un 67-5 ante EE.UU., pero con un partido que los dejó heridos y con un elevado número de lesionados, reduciéndolos a 14 hombres, en lo que el entrenador Robbie Deans describió como una “carnicería”.
El coach Wallaby se vio forzado a poner en el campo de juego a un improvisado equipo contra Rusia, con el veterano tercera línea Radike Samo jugando como wing. Los Wallabies ganaron 68-22, aunque no sin mayores contratiempos, con el tryman Drew Mitchell sufriendo un desgarro en un isquiotibial que precipitó su final en el torneo. "Esto es desafortunado para él y desafortunado para nosotros", dijo Deans. "Afortunadamente tenemos cuatro backs regresando con nosotros la semana que viene, por lo que eso eliminará la presión".
El partido marcó el exitoso regreso del lesionado e influyente tercera línea David Pocock, que se perdió el choque con Irlanda por una lesión a último momento. El será un arma letal cuando los Wallabies enfrenten a Sudáfrica, en Wellington el domingo.
Batalla colosal
El entrenador saliente de Italia, Nick Mallett, había prometido un colosal choque de forwards para que su equipo intentara alcanzar los cuartos de final por primera vez en su historia.
Aunque los Azzurri lograron limitar a los irlandeses con un 9-6 en la primera parte, los hombres de O'Driscoll saltaron al campo de juego tras el entretiempo y marcaron tres tries, incluyendo dos del cumpleañero Keith Earls, en su camino a la victoria por 36-6.
"Sabíamos que deberíamos ser pacientes, como haces contra cualquier equipo por estos días”, dijo O'Driscoll, que confesó haber estado volando por los aires por el apoyo irlandés. "Eso fue lo mejor, viendo filas verdes por todas partes que vos mirabas. Nuestro trabajo es darle algo que celebrar y ellos estuvieron apoyándonos con creces".
Mallett advirtió a los próximos rivales de Irlanda: "Ellos son capaces de eliminar a cualquier equipo. No creo que cualquier equipo se sienta confiado jugando con ellos".
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