Neuquén Rugby Club marca el camino en el rugby del sur del país. Los "azules" son los rivales a vencer en cada torneo que se juegue de Bahía Blanca para abajo y lo demuestran con pergaminos. Obtuvieron consecutivamente el Norpatagónico 2010 y 2011 y se pusieron la corona, el año pasado, en el Regional que comparten con los equipos chubutenses.
Para hacerla completa y que no queden dudas, accedieron a las semifinales del Torneo del Interior las dos últimas temporadas enfrentando a clubes de uniones con mayor competencia interna. La última: acaban de adjudicarse el Oficial B con el plantel de intermedia. Casi nada.
Claro que nada de esto es fruto de la casualidad, sino de un trabajo concienzudo y sostenido a lo largo de muchos años. El compromiso de cada integrante del club le permite contar no sólo con un plantel superior de calidad, sino también con una importante cantidad de jugadores en juveniles e infantiles.
Cientos de chicos desfilan cada fin de semana por las instalaciones que el club posee en la zona de Zavaleta. Todos llegan con su camiseta azul, desde los más pequeños que dan sus primeros pasos detrás de la guinda, hasta las chicas del hockey con su palo y su bocha. Cada uno de ellos comienza a forjar su identidad deportiva, a pertenecer, desde pequeño, y eso es lo que marca la diferencia. El ciclo se produce de manera natural, casi automática.
Muchos de aquellos "nenes" hoy llevan a sus hijos para seguir una tradición que ya tiene más de 30 años.
Uno de los referentes es el hooker Emmanuel Soto, quien batalla con la mutisia en el corazón desde la época en la que se enfrentaban con los top de Mendoza y San Juan.
"Empecé en el club a los 7 años junto a Gabi Ochoa, mi compañero inseparable y debuté en primera con 17 años en el Regional del Oeste. Mientras jugábamos, algunos se divorciaban por no faltar al entrenamiento, otros pasaban el día del niño, del padre, lejos de casa por darnos un ejemplo, por marcarnos el camino", largó.
"El objetivo era simple: querer a tu club, amar lo que haces, vivir al 100 %. Yogui García, Pablo Cosa, Polaco, Daniel Segura, Flaco Capriolo, José Manson y tantos otros jugadores que, sin darnos cuenta, nos iban educando no solo para el juego, sino para la vida –agregó…. El club fue mi escuela, el lugar donde aprendí a vivir, nos educaron los mejores maestros, nos enseñaron que duele el golpe, duele caerse, pero lo más difícil es levantarse y seguir".
A partir de tantos años en el club, Emanuel no puede parar cuando habla del Neuquén RC. "Los que entramos a la cancha somos privilegiados, porque llevamos una historia muy linda y grande cuando nos ponemos la Azul, y por eso solo tengo palabras de agradecimiento a los fundadores y a todos los que hacen algo para tratar todos los días de que el Neuquén sea grande".
Con el XV neuquino y jugadores que dejan la piel en cada partido como Soto, la ciudad está bien representada.
Lo que juega lo gana, y al mismo tiempo crece desde las bases.
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