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martes, 11 de octubre de 2011

Lièvremont, preparado para triunfar

(Rugby News Service) Martes 11 de octubre de 2011 
Lièvremont, preparado para triunfar
Marc Lièvremont quiere llevar a Francia a la final del 23 de octubre.
AUCKLAND, 11 de octubre - Marc Lièvremont está cerca de lograr la gloria con Francia en la Copa Mundial de Rugby, pese a que nunca quiso ser entrenador, ni bien abandonó la actividad.
Si triunfa, lo habrá logrado a pesar de las acusaciones de división con sus jugadores, su estado errático y el aluvión de críticas recibido por parte de la prensa de su país.
El equipo de Lièvremont dejó todos sus problemas a un lado, logró un sensacional resultado 19-12 contra Inglaterra en los cuartos de final y ahora se enfrentarán a Gales en las semifinales en el Eden Park el sábado por la noche.
Un triunfo los colocaría en la final contra Nueva Zelanda o Australia con la chance de ganar la Copa Webb Ellis para Francia por primera vez.
Tras esto, dejará su cargo como entrenador y quedará libre de las críticas y maquinaciones sobre su trabajo. Lièvremont es algo así como un idealista, con gran alcance en el deporte y la sociedad, pero no es un ingenuo.
Espíritu de equipo
Clama contra la prensa francesa por aprovecharse de su honestidad y franqueza, y en las ruedas de prensa criticó la presencia de los agentes de los jugadores alrededor del equipo. A él le gustaría estar solo con el plantel, como “en los viejos tiempos”.
¿Lièvremont está disconforme con la evolución del rugby? “Uno debe tener cuidado cuando hace tales declaraciones”, afirmó. “Esto ya ocurrió en 1995 o 1999. El rugby evoluciona por el buen camino en muchos aspectos, como la lucha contra la violencia o el dopaje”.
“Pero vivimos en una sociedad en la que se adora a la imagen y el individualismo. Choca contra los valores del altruismo y la solidaridad, centrales en el rugby. Pero sigo creyendo en lo mejor de las personas”.
Estos valores, que son tan queridos por él, lo devuelven a su infancia y su educación. “Formo parte de una gran familia. Soy el viejo de ocho hermanos. Empecé a jugar al rugby a los cinco años. Sé lo que es el deporte en equipo y lo que significa el espíritu de equipo. Es una de las razones por las que me gusta estar rodeado de gente. Pero también aprendí a buscar la soledad de vez en cuando, y lo aprecio. Me gusta leer, leo mucho y un poco de todo”.
Presión de la prensa
¿Cambiará Lièvremont su tempestuosa relación con la prensa?
“Parte de la prensa francesa, y no solo la prensa deportiva francesa, le gusta golpear a su propio equipo nacional”, afirmó. “A la prensa le gusta el sensacionalismo, porque eso les hace vender periódicos. Y agarran a un jugador decepcionado, o enfadado conmigo, y eso es ideal para ellos. Pero nunca leí un artículo sobre los 14 jugadores que no tienen ningún problema conmigo”.
"Durante dos años, jugué un partido con la prensa, contesté a cada entrevista, no fue una táctica obstruccionista y todo lo que conseguí fue que se malinterpretaron o se tomaron mis comentarios fuera de contexto”.
Por eso, no se sorprendió de los ataques a su liderazgo. La genta habla de su falta de experiencia, e incluso se cuestionó su capacidad. ¿Realmente se inmutó por tales comentarios?
“El equipo francés tiene una larga historia de altibajos. Por supuesto, me hubiera gustado ganar más a menudo. Sé que soy competente. Estoy triste, decepcionado, y en algunos momentos enfadado, pero nunca me sentí abrumado por la situación. Tengo una misión y tengo que cumplir con ella”.
Revelación
Lièvremont nunca podría haber aguantado estos problemas, si hubiera seguido con su idea inicial de no ser entrenador. “No quería entrenar. Me licencié cuando todavía era jugador, pero me prometí que nunca entrenaría”.
Pero tras retirarse como jugador, el presidente del club Biarritz Olympique, Marcel Martin, le convenció en 2002 para que aceptase el desafío. “Estuve al cargo de los M21 y fue una gran revelación”, afirmó Lièvremont. “Sabía de rugby desde una perspectiva del jugador. Estaba muy centrado en mi propia experiencia”.
Jura que el placer que tuvo de entrenar a jóvenes jugadores no fue menos intenso que entrenar a Les Bleus al más alto nivel. Eso, también, fue una posición que le hizo dudar en aceptar, especialmente cuando iba sustituir a Bernard Laporte, con quien no comparte muchas similitudes.
“Estaba asustado por los aspectos políticos del trabajo, por el contacto con los medios que suponía el trabajo”.
Buena suerte
Ahora que todo está llegado al final, Lièvremont no tiene planes  a largo plazo. En un principio, espera trabajar con su hermano Thomas.
“No pienso en más allá ahora mismo. Creo en mi buena estrella, que ha cuidado de mí hasta ahora. Me considero un privilegiado".
"El rugby es parte de mi vida. ¿Volvería a entrenar? Por supuesto, por qué no. Pero solo lo haría si encuentro un grupo con el que las cosas vayan bien, y con un hombre tipo Marcel Martin en Biarritz o Pierre Camou, presidente de la Unión de Rugby de Francia. Mi relación con él es muy buena”.
La mayor prioridad de Lièvremont es lograr derrotar a Gales. “Son muy consistentes, están en forma, están jugando el mejor rugby de la Copa Mundial de rugby. Queremos desarrollar el juego que hicimos en la primera parte del partido contra Inglaterra y tratar de llegar a este nivel de juego en la segunda mitad”.
Quizá no necesite a su buena estrella para lograrlo, simplemente a sus jugadores.