La final del domingo no llega lo suficientemente pronto para el fullback de los All Blacks Israel Dagg.
AUCKLAND, 21 de octubre – Como un chico esperando impacientemente la llegada del día de Navidad, el fullback de Nueva Zelanda Israel Dagg está emocionadísimo contando las horas que faltan hasta que ingrese al campo de juego en el Eden Park, para la final de la Rugby World Cup 2011 contra Francia.
“Son dos noches más”, dijo el viernes durante el anuncio oficial del equipo. “No puedo esperar más", aseguró.
Mientras la oportunidad de jugar en una final de una Rugby World Cup y levantar la codiciada Copa Webb Ellis marcaría la cima para la carrera de cualquier jugador de rugby, la presencia de Dagg en el campo de juego el domingo es aun más especial luego de un año en el que estuvo peleando contra una lesión.
Las aspiraciones del jugador de 23 años en la Rugby World Cup sufrieron un duro golpe cuando en mayo sufrió una lesión en el muslo y la posterior cirugía que acortó su carrera en la temporada del Súper Rugby con los Crusaders.
"Creo que fue un desafío”, dijo el fullback. “Fue una seria lesión y produjo dudas en mi cabeza, porque tuve que lidiar con la adversidad”.
“Tuve un buen plan de rehabilitación con los All Blacks y Canterbury y solo tuve que hacer lo correcto y hacer mi trabajo. Luego cuando tuve la oportunidad, pude probar que era capaz de hacer el trabajo. Solo salí a la cancha a hacer mi partido y por suerte las cosas fueron de mi lado", afirmó.
“Es muy surrealista que esté aquí hoy”, confesó.
Partido de magnitud
A pesar de las presiones por ser titular en una final de la Rugby World Cup, Dagg cree que la magnitud del partido simplemente sirve para proveer mayor motivación. “Hace que realmente te emociones”, dijo. "Estas jugando en una final de RWC ahora y solo quieres salir a la cancha y convertir esa presión o ansiedad en entusiasmo dentro de la cancha”.
Tras haber realizado su debut con los All Blacks frente a Irlanda el último año, Dagg mostró rápidamente sus credenciales como wing de Nueva Zelanda, antes de hacerse cargo de la camiseta Nº 15 del veterano Mils Muliaina. Mientras algunos pueden haber titubeado sobre su rendimiento en el puesto, el fullback de Hawke’s Bay cree que el apoyo de sus compañeros en la selección le dio la confianza necesaria para rendir en las canchas de rugby.
"Tenemos un equipo genial alrededor nuestro y hace que las cosas sean más fáciles cuando el equipo a tu lado hace su trabajo”, dijo. “Todos saben lo que están haciendo y cuál es el plan de juego. Intento tomar cada partido de la misma manera, como si fuera con los Hawke’s Bay, los Crusaders o los All Blacks", aseguró.
"Obviamente con los All Blacks allí es un poco más de presión porque el país completo está mirando, pero trato de no quedar atrapado en ello y solo salir afuera y jugar mi partido con la mente clara”, finalizó.
