
ProFocus / Sánchez ChecaImhoff ya recibió el pase de Farías y se va al try
El rosarino, de 23 años, recién está quemando sus primeros cartuchos en una carrera que va en franco ascenso. Pero ya se dio el gusto de apoyar dos tries en una Copa del Mundo, uno frente a Rumania y el otro, que abrió el camino a la clasificación, ante Georgia. "Siempre es una alegría apoyar y más con la camiseta de Los Pumas. Hoy, apenas marqué, lo primero que se me cruzó por la cabeza fue Corcho (Juan Fernández Lobbe), que está en una gamba (rotura de ligamentos de la rodilla) pero que mantiene la misma energía positiva con la que arrancó el Mundial. Por eso, cuando apoyé, me acaricié la rodilla en honor a él porque se lo rencontra merece", confiesa, mientras sus ojos, un poco por lo conseguido y otro poco por lo que significa la figura del subcapitán dentro del plantel, se van humedeciendo de emoción.
Si bien el wing está loco de felicidad, no pierde objetividad a la hora de analizar lo que fue la batalla en el Arena Manawatu. "El partido se nos complicó más de lo previsto y nuestro juego no fue bueno, pero había que ganar sí o sí y los pudimos lograr para cumplir el primer objetivo", analiza, coincidiendo con el pensamiento de todos sus compañeros.
-¿Suponían que iba a resultarles más fácil?
-Vamos a hacer un análisis en la semana de cómo jugamos. Pero la realidad es que los partidos no son una lotería, no se pasan sin salir a la cancha, no se les pone un resultado con una birome. Hay que jugarlos. Y por eso nos dimos cuenta de que éste encuentro ante Georgia lo deberíamos haber empezado a jugar el lunes pasado y no los últimos días de la semana pasada.
-Vamos a hacer un análisis en la semana de cómo jugamos. Pero la realidad es que los partidos no son una lotería, no se pasan sin salir a la cancha, no se les pone un resultado con una birome. Hay que jugarlos. Y por eso nos dimos cuenta de que éste encuentro ante Georgia lo deberíamos haber empezado a jugar el lunes pasado y no los últimos días de la semana pasada.
Ahora en el horizonte del sueño Puma aparece la carta que nadie desea. Esa que es preferible recibirla al final de la ronda, cuando el mazo se está acabando y ya no quedan opciones. Sí, la carta negra. Sí, a los All Blacks. "Va a ser un partido muy duro, como cualquiera otro en un Mundial. Pero el plus que tienen ellos es que son locales y que, además, están haciendo unos partidos bárbaros. La verdad es que voy a disfrutar mucho el enfrentamiento", sintetiza, mientras detrás de él las paredes del estadio siguen bailando debido a los golpes de alegría de sus compañeros.
-¿Perder por poco contra los All Blacks sería decoroso?
-No, para nada. Nosotros tenemos objetivos. El primero era clasificar y lo cumplimos. Ahora queremos ir por todo. Claramente vinimos a Nueva Zelanda a jugar todos los partidos y vamos a dejar la vida adentro de la cancha para enfrentarnos a lo que nos toque.
-No, para nada. Nosotros tenemos objetivos. El primero era clasificar y lo cumplimos. Ahora queremos ir por todo. Claramente vinimos a Nueva Zelanda a jugar todos los partidos y vamos a dejar la vida adentro de la cancha para enfrentarnos a lo que nos toque.
Juan lo dice convencido; no hay doble discurso en sus palabras. El y sus 29 compañeros están segurísimos de a qué le apuntan. Es cierto que el panorama pinta Negro, pero a ellos nos les importa. Quieren la gloria y viajan a Auckland para abrazarla.
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